Itaka Escolapios promueve el voluntariado y uno de sus pilares son los grupos de tiempo libre
Los más de 50 monitores divididos en 11 etapas regalan su tiempo que es recompensado enormemente por los chavales
Itaka es una organización legitimada y promovida por la orden religiosa de las
Escuelas Pías. “El 15 de octubre
celebrábamos los 28 años del nacimiento de la asociación Itaka, en un comienzo
llamado Intxisu y el 9 de marzo se cumplían los 13 años de la constitución de
la Fundación Itaka-Escolapios”, declara Javier Aguirregabiria, presidente
de la Fundación.
Itakalleva a cabo una serie de proyectos y programas de
voluntariado que realizan los más de 800 voluntarios alrededor de los 10
países en los que está la presencia escolapia, sin contar los escolapios que
trabajan de manera continuada. David
Galarza monitor de tiempo libre, comentó que en el País Vasco se encontraban
más de 202 personas que habían sido formadas en cursillos, monográficos y
en temas sobre la fe cristiana para poder satisfacer mejor las necesidades de
los chavales.
En Bilbao, uno de los grandes proyectos por los que apuesta esta
organización son los grupos de tiempo libre en el que trabajan más de 40 monitores
voluntarios divididos en etapas comprendidas entre 2º de primaria y 2º de
bachillerato. “Somos más de 50 monitores divididos en 11 etapas, yo llevo desde
septiembre del 2012 con los chavales de cuarto de primaria y son geniales”,
explicó Paula Ortiz. Los grupos pertenecen a los Scout de Mikel Deuna y los
chavales que toman parte se distribuyen en días de la semana, llamadas
seisenas, en función del día en el que
puedan bajar, además del sábado que es cuando se juntan todos los chavales del
mismo curso. La monitora explicó que para preparar las actividades de los
campamentos y los días entre semana se hacen falta muchas horas, aunque el
esfuerzo luego se vea recompensado con creces en forma de sonrisas. “Los primeros años de monitor sobre todo te
aporta diversión, bajas al local donde nos reunimos con nuestros chavales con
ganas y si tenias un mal día te lo
alegraban al momento”, comentó Ana Ortiz.
Zidor es la primera etapa del proceso que se divide en dos grupos y es en la que se encuentra el mayor número de
chavales. Esta etapa se divide a su vez en dos: Zidor 2 y Zidor 3 con 65 chavales y nueve monitores en cada una. En ella, los monitores realizan actividades, juegos y se aprenden canciones preparadas por los monitores. "Los niños de 2º de primaria son el grupo Zidor II y lo que más les interesa a los
“potxokis” es jugar y divertirse”, explica una de las monitoras. Este grupo bajan dos días a la semana y un
día al trimestre se van de excursión, además el último día del curso los
monitores les dan a cada chaval una orla con el nombre de cada chaval y monitor
para que tengan el recuerdo así como una chapa que les colocan los niños de
Zidor III que es la siguiente etapa.En Zidor durante todo el año
realizan semanas del deporte, un Belén con plastilina, un collage de Calasanz
(el patrón del colegio Escolapios al que pertenecen),sobre todo juegan y personalizan una chapa
para los Zidor 2 que les colocan cuando van a pasar a la siguiente etapa. Además este año tienen su primera experiencia de fin de
semana en la que van al Caserio Iturralde, uno de los albergues del
colegio.
Koskorrak lo forman los 46 chavales de cuarto
de primaria y las 6 monitoras. “aprendes un montón de cosas de los chavales chavales, desde como ver el mundo con
alegría e ilusión al ver como pueden llegar a disfrutar con un balón o una
salida al monte”, explicó Mónica López coordinadora y monitora de Koskorrak y Zidor. "Yo voy a scout porque me gusta jugar y allí me lo paso muy bien", comentó una niña. Además de jugar, preparan un teatro sobre el Libro de la Selva en el que cada chaval tiene un papel. Lo característico de esta etapa es que en el Paso, un fin de semana a principio de curso donde se juntan todos los grupos del proceso y conocen a sus nuevos monitores, los chavales de 2º de bachillerato les colocan la pañoleta al cuello.
La etapa de Kaskondoak deja de centrarse tanto en los juegos y se realizan más dinámicas participativas, de pensar, manualidades más complejas etc. . Los 49 chavales y 6
monitores completan el grupo de
Kaskondoak I, niños de quinto de primaria, quienes durante el año se aprenden las canciones del Cantoral del
Lobato que se les entrega en el campamento de Navidad y toman parte en la
recogida. Además mediante una aventura que se inventan los monitores se
aprenden las máximas del lobato que se plasman en el Carnet del Lobato que se
les entrega ene l campamento de Semana Santa.
Y para finalizar el curso se van junto con los chavales de dos años más de
campamento de verano a Trueba, otro de los albergues situados en Burgos, y que
se les entrega la silueta de un lobo para pegarla en la pañoleta.En Kaskondoak II son 50 chavales de sexto y 6 monitores
que durante el primer trimestre se inventan un Tunel del tiempo con historias
de diferentes países y épocas y como Kas I también toman parte en la campaña de
navidad. En esta etapa se empieza a dar más importancia a las oraciones tanto
grupales como individuales ya que se encuentran en un grupo cristiano y en el
campamento de semana santa en Lezana de Mena, otro de los albergues de
Escolapios, fomentan el día del servicio, de la solidaridad y la esperanza
mediante una serie de actividades. “Los monitores somos un referente para ellos, por ello es importante que les trasmitamos unos buenos valores”, explicó Mikel Kerejeta. Y durante el tercer trimestre se trabajan seis
aspectos fundamentales de la vida de un Scaut: familia, amigos, grupo, naturaleza,
tiempo libre y Dios que se presentan en el campamento de verano. “Este es el paso que más valoran los chavales,
porque es la primera vez que se plantean objetivos y cómo se encuentra su vida
en ese momento”, explicó Esteban Beltrán, monitor de esta etapa. Los monitores
realizan un diploma personalizado para cada chaval que después se entrega el
día que todos lo exponen frente al grupo.
Oinarinak es la etapa en la que más cambio se
aprecia no solo porque pasan a ESO sino porque los chavales comienzan a llevar el grupo ellos, a preparar las dinámicas, hacer proyectos como pintar el local, hacer un musical y algunas
personas tienen cargos: limpieza de local, el libro de oro en el que apuntan
los "cotilleos", lo que han hecho en los campas etc.. Además es el primer año en
el que realizan: un completo al trimestre, es decir, un día entero en el
colegio en el que se fomenta la unión de grupo , el día de equipos en los 3
campamentos que se realizan al año y el primer campamentos volante que se
realizan en el campamento de verano. Oinarinak también se divide en dos: Oin 1 son los chavales de 1º de la Eso y
que este año lo componen 48 chavales y 4 monitores y Oin 2 lo comprenden 48 chavales y 4 monitores que trabajan las leyes scaut y se hace una nueva promesa como la que hicieron en
KAS 2 pero con nuevos objetivos y promesas.
La Etapa de Azkarrak que también está dividida
en dos grupos: AZK I, chavales de 3º de la ESO y AZK II, de 4º de la ESO, en la que los monitores tiene un papel acompañante y la etapa está más enfocada al voluntariado. El primer
trimestre está guiada a la preparación de distintas actividades para las fiestas
del colegio, mientras que entre los 26 chavales y los 2 monitores de AZK I
preparan un musical o una película y
barracas: diana, karaoke o bolos, mientras que los 21 chavales y los 3 monitores de AZK II preparan un
pasaje del terror y algunas barracas. El segundo trimestre los AZK I tratan temas y conocen proyectos de voluntariado, mientras que en AZK II tienen su primera experiencia como
voluntarios en residencias de ancianos o cuidando niños y ayudandoles con las tareas del colegio . En el campamento de verano de AZK II se realiza el primer proyecto personal que es parecido a las promesas hechas en años anteriores pero más profundas. "Te abres sentimentalmente a las personas de tu grupo porque ya tienes confianza con ellos y los ves más como amigos que simples compañeros", explicó una de las chavalas.
La última etapa del proceso Bidean, son los dos últimos cursos tanto del curso académico como del proceso, en el que el grupo disminuye en número de chavales pero con la misma ilusión y ganas de seguir con el voluntariado y de expandirse a nuevos ámbitos de colaboración que durante el año conocen y tiene como experiencia. Bidean I tiene su primera experiencia como voluntarios, durante una semana de julio se dirigen a un proyecto, organización, ONG para trabajar con ellos, teniendo un firme compromiso durante esos días y dando todo de ellos. "Yo por ejemplo estuve en Sortarazi, con gente drogodependiente, gente de la calle... y fue una semana que nunca olvidaré y en la que aprendí mucho", relata uno de los que ahora son monitores. En Bidean II los chavales están como monitores en prácticas en el campamento de verano en alguna de las etapas anteriores.
Carla Torrado Sainz
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